Sobre la escritura

Drácula tiene un castillo

Bajada ejemplo, esto se muestra en la home del blog (ahi es ok), pero no debería ir acá en los post (arreglar)

Drácula tiene un castillo

Por Bram Stoker. Foto: Nosferatu.

Conmemorando los 125 años de su nacimiento, que se celebran en agosto de 2024, su obra ya no suscita polémicas, sino un consenso celebratorio: para millones de lectores en el mundo, Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899 – Ginebra, 1986) es la prueba de que la perfección literaria es posible, mientras el mito sigue creciendo en países como China, donde es el escritor más traducido del español. Borges fue y sigue siendo el escritor más argentino y el más universal. 

En sus libros, traducidos a más de 30 idiomas, desplegó una serie de obsesiones personales -las trampas del tiempo, la existencia como laberinto, la vastedad del infinito, el destino, la duplicidad o la dudosa seguridad de los espejos-, que entramaba con la historia de las culturas, la metafísica y una curiosidad evidente por el pasado de su país, con el que tuvo una relación ambivalente y del que huyó para morir, en 1986. 

Fue maestro del cuento, poeta, traductor, conferencista, crítico, ensayista y un excelso orador, y es reconocido como uno de los escritores más importantes y más influyentes de la literatura latinoamericana y de la lengua española contemporánea, aunque nunca escribió una novela. 

Sus libros, como Ficciones, El Aleph y Elogio de la sombra, son estudiados y admirados mundialmente. Con una cosmovisión única, Borges hizo de la invención y la fábula realidades literarias tangibles, convirtiéndose en una figura tan prominente que fue una sombra inevitable para muchos jóvenes escritores argentinos. Además, fue un maestro del periodismo cultural. 

Federico Jeanmaire llega a Híbrida Editora con un texto inédito en el que recorre cementerios de Berlín, Buenos Aires y su Baradero natal mientras reflexiona sobre el paso del tiempo, la familia, los vínculos, la vejez, la muerte. Una invitación íntima, conmovedora y vital. Dice Alejandra Kamiya: «Un flaneur de cementerios, tal vez la raza más exquisita de los flaneurs, que deja de ser “eterno” porque piensa en ese momento en el que todos los seres humanos somos iguales. Que dejó atrás la infancia en la que “Dios existía” y entra en la vejez que «comienza en la mirada de los otros». Que define una y otra vez la palabra “resto” apenas interactuando con algunos personajes entre los que hay una tortuga cuya dueña lamenta que no sea un perro mientras la acaricia en su falda o junta rosas chinas para darle de comer. Un paseo en el que Jeanmaire dice verdades del tamaño de ese Dios que ya no existe, pero como en voz bajita». 


Este poema de Daniel Durand, escrito en Davao Oriental, Filipinas, encuentra restos de la basura de la historia y sus espejos de lenguaje. Sin indagar en ello de manera filosófica ni apesadumbrada, este poema se pregunta por el origen de los restos que lo componen, a los cuales sin embargo comprende. Esta lógica de lo inverso da, a la experiencia física y real de un viaje, una correspondencia, creo que ya podemos decirlo, poética. Este poema de Daniel Durand, escrito en Davao Oriental, Filipinas, encuentra restos de la basura de la historia y sus espejos de lenguaje. Sin indagar en ello de manera filosófica ni apesadumbrada, este poema se pregunta por el origen de los restos que lo componen, a los cuales sin embargo comprende. Esta lógica de lo inverso da, a la experiencia física y real de un viaje, una correspondencia, creo que ya podemos decirlo, poética

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AJanina dejó su Polonia natal para emigrar a Francia. Dejó su tierra y llevó consigo su lengua. Sin embargo, pronto empezó a hablar una lengua diferente. Al principio, su acento iba con ella, como la tierra en los zapatos. Con el tiempo, la lengua materna quedaría olvidada y su nombre, transfigurado: Janina Sapota sería, en adelante, Jeanne Gauthey. 

Este es un libro sobre la fecundidad del ecnuentro con lo otro, y entonces con el otro, con la otra, que puede ser también una misma (“Yo es otro”, dijo Rimbaud –otra figura tutelar en este poemario-), como en el hilo que conecta a Janina con Jeanne, a Anne con Anita. Ese hilo es la vida, es la migración, es el riesgo del que tan bien nos habló Anne Dufourmantelle. Es la construcción de una tradición, de una historia, de una rebeldía y de una voz, de una palabra propia. Es una trama. Es, en un sentido casi material (“porque una polaca está feliz cuando recoge papas”), la poesía misma: el libro que usted tiene entre sus manos.